Sigo rescatando restaurantes del baúl de los recuerdo. Y al igual que hace dos semanas cuando os hablé de Breizh, hoy volvemos a marzo para contaros sobre otro restaurante que conocí. El sábado, después de haber pasado todo el día en MADGlutenFree quedamos para cenar Dany, Raquel, Teresa y su hijo, los Caminantes, Marisa, y de nuevo Teresa. El sitio elegido para reunirnos fue El Arrozal. Y aunque el nombre incite a pensarlo, no, no comimos arroz.
Habíamos estado picando y probando muchas cosas durante todo el día, así que buscamos algo no muy pesado. La cena consistió en un par de tapas y raciones que compartimos gustosamente entre todos. Lo primero que nos trajeron, antes de decidir qué pedíamos fue un pan con alioli que compartimos entre dos.
Para ir despertando el apetito pedimos algo que no encontramos en muchos sitios: croquetas. Y algo que acompaña muy bien a las croquetas es un plato de jamón, chorizo y queso. Así en plan picoteo es una buena combinación.
Croquetas sin gluten
Plato de jamón, chorizo y queso
Pero como buenos comensales que somos no íbamos a pedir únicamente aquello. También pedimos otro plato que no es fácil de encontrar: calamares a la romana. Y por último, un revuelto de espárragos trigueros y gambas.
Calamares a la romana sin gluten
Revuelto de espárragos trigueros y gambas
Y los más golosos nos dejamos un hueco para el postre. En mi caso un sorbete de limón al cava.
Sorbete de limón
La cena estuvo toda muy bien. Los platos que probamos estaban realmente buenos y el trato fue estupendo. Pero en quedadas así la comida – siempre sin gluten – pasa a un segundo plano. Lo importante es la compañía con la que disfrutas la comida. Como ya os dije en esa ocasión, fue un placer el compartir con vosotros esa cena. Espero que se repita pronto.