Plaza de El Torico
Hoy me he acordado de un bar-restaurante que conocí este verano en Teruel, en una de mis bajadas a Alicante desde Pamplona. Y como ya lo avanza el título de la entrada, el bar se llama Bar Teruel. Había oído hablar bien de él así que aproveché ese viaje para ver qué nos ofrecían.
Sinceramente, el aspecto a primera vista no invita a entrar a comer. Sí quizá a tomar una cervecita pero no para sentarme y comer. Aún así, nosotros habíamos ido motu proprio a comer allí así que no nos íbamos a dejar engañar por el aspecto del bar. Al sentarnos, el camarero nos trajo la carta y nos explicó amablemente qué platos podía comer. La verdad que fueron bastante menos de los que me esperaba antes de entrar. Por otro lado, entre los platos aptos estaban las patatas bravas. Algo que no es fácil de encontrar en muchos sitios. Así que ese fue lo primero que pedimos.
Patatas bravas
Para acompañar a las bravas pedimos pimientos rellenos y sepia a la plancha. Cuando pedimos los pimientos rellenos esperábamos – yo al menos – un pimiento rojo vaciado y con su relleno dentro, y no un «bocadillo» de bacon y queso utilizando el pimiento verde como pan. Éste fue un plato que nos sorprendió y gustó bastante.
Pimientos rellenos
Sepia a la plancha
No recuerdo si tenían postre o no, pues yo tenía claro que mi postre iba a ser la tarta de queso de La Barrica, hasta el día de hoy la mejor tarta de queso que he probado – aunque esta última vez no estaba tan buena.