Ricardo, Blancay Nacho
Como ya os conté unas entradas atrás, hace más o menos un mes estuve en Bilbao en la III Jornada de Celíacos Viajeros, y el viernes cuando llegamos Lucía y yo, estaban Blanca, Ricardo y sus respectivas parejas esperándonos para irnos a cenar a Batzoki. Blanca ya lo había planeado todo, así que nos dejamos llevar y únicamente tuvimos que elegir cada uno el plato principal.
El primer platazo que llegó fue una ensalada de cecina de vaca con piquillos agridulces y tomate confitado. Realmente llevaba más cosas, pero fue lo único que he conseguido recordar. Como ya he mencionado en alguna ocasión, las ensaladas no son santo de mi devoción. Pero reconozco que esta ensalada me encantó.
Ensalada de cecina de vaca con piquillos agridulces y tomate confitado
Aún no habíamos acabado con las ensaladas – éramos 6 así que todos los entrantes venían por duplicado – y aparecieron dos copas llenas de calamares rebozados. Blanca me confesó que ese plato lo había pedido especialmente por mí debido a un comentario en Twitter unas semanas atrás. Así que, muchísimas gracias Blanca por acordarte, ¡estaban buenísimos!
Calamares rebozados
Por si aún no habíamos flipado suficiente con aquel despliegue, el siguiente entrante fueron unas croquetas caseras de jamón ibérico con tempura de pavo. Las croquetas estaban irresistibles y la tempura de pavo genial.
Croquetas de jamón ibérico
Por último, antes de pasar al plato fuerte – esto era sólo el calentamiento – nos trajeron un rollito vasco relleno de piperrada y bacalao, y como era de esperar, estaba al mismo nivel que el resto de los platos que habíamos probado.
Rollito vasco
A la hora de pedir los platos principales, los tres ‘no celíacos’ pidieron lo mismo Confit de pato con salsa de miel, y no es que no fuera apto, fue únicamente casualidad. Por otro lado Blanca pidió txipirones en su tinta, Ricardo un bacalao al pil pil, y yo un solomillo con salsa de miel.
Solomillo en salsa de miel
Txipirones en su tinta
La mayoría probó los platos de los demás y no hubo ninguno que defraudara. Todos los platos estaban riquísimos, aunque yo si tuviera que elegir uno, elegiría el pato. Desde mi punto de vista, sublime. Aunque como ya he dicho, todos los platos eran de una calidad asombrosa.
Confit de pato en salsa de miel
Habíamos cenado de lujo, pero no nos podíamos ir de allí sin probar el postre que nos habían preparado con tanto esmero: Goxua con helado de chocolate. Nunca había probado la goxua. De hecho, hasta que no llegué a Pamplona, jamás había oído hablar de ese postre. Para aquellos que no sabéis lo que es, es un postre típico vasco que generalmente se elabora con nata, bizcocho, crema pastelera y caramelo líquido. Para aquellos que ya lo conocíais, ¿a qué estáis esperando para ir a probarlo?
Goxua con helado de chocolate
Como os podréis imaginar, después de este relato, la cena estuvo genial. La comida deliciosa, la atención de primera, pero lo mejor de todo fue la compañía. Un placer haberte conocido Blanca, fuiste una gran anfitriona.
PD. No tengo foto del bacalao de Ricardo porque fui muy lento y ya le había pegado un mordisco. Aún así, la pinta también era fantástica.
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[…] del magnífico sitio al que nos había llevado Blanca, le pedí que me dijera sitios para ir a cenar la noche del […]